Las ceremonias funerarias han sido una parte esencial de la historia de la humanidad, proporcionando un espacio para despedirse de los seres queridos y expresar sentimientos como el amor, la admiración y el respeto. Aunque la muerte es un fenómeno universal, cada religión y cultura tiene su manera particular de enfrentarla y rendir homenaje a quienes han partido.
A continuación, exploramos las prácticas funerarias en cuatro de las principales religiones del mundo:
El funeral en la religión católica
Para la Iglesia católica, la muerte representa la transición del alma hacia la vida eterna, la cual puede conducir al cielo, al purgatorio o al infierno, según las acciones del fallecido en vida.
Ritos previos al funeral
Antes del fallecimiento, se puede administrar la extremaunción, un sacramento que busca purificar el alma y brindarle la paz necesaria para partir.
Una vez que ocurre la muerte, es común realizar un velatorio en el tanatorio o en el hogar del difunto. Este momento permite a familiares y amigos reunirse para honrar su memoria y brindarle una última despedida antes del entierro o la incineración.
Ceremonia religiosa y despedida final
El rito fúnebre puede realizarse en una iglesia o en el tanatorio e incluye rezos o una misa en la que se pide por el descanso del alma del fallecido.
Durante siglos, la Iglesia católica solo aceptaba la inhumación, pero en la actualidad permite la incineración con ciertas condiciones, como evitar conservar las cenizas en casa o dispersarlas fuera de un camposanto.
El funeral en la religión judía
El judaísmo tiene una visión de la muerte que está vinculada al concepto del Mundo Venidero, un tiempo de redención en el que los justos serán resucitados. Por esta razón, los rituales judíos se centran en el respeto y la dignidad del fallecido, más que en la muerte en sí misma.
Preparación del cuerpo
Al morir, el cuerpo debe colocarse en el suelo junto a una vela encendida y permanecer acompañado en todo momento por un Shomer (guardián), que recita salmos mientras vela al difunto.
Luego, se realiza el Tahara, una purificación ritual en la que el cuerpo es lavado y vestido con una mortaja blanca de lino o algodón. Esta tarea es llevada a cabo por la Jevrá Kadishá, una sociedad sagrada encargada de los ritos funerarios.
Ceremonia y entierro
La ceremonia judía es sobria y discreta. No incluye música ni flores, y los espejos de la casa del fallecido se cubren para evitar distracciones.
El entierro se realiza lo más pronto posible y el cuerpo es depositado en la tierra, evitando el uso de ataúdes cuando las leyes del país lo permiten. En algunos cementerios judíos, el ataúd se cubre con tierra para simbolizar este contacto directo con el suelo.
El funeral en la religión musulmana
El islam considera la muerte como el comienzo de la vida eterna, en la que las almas serán juzgadas según sus acciones terrenales.
Ritos previos al entierro
Una vez confirmado el fallecimiento, el cuerpo debe ser lavado por familiares cercanos, siguiendo un ritual específico de purificación. Luego, se envuelve en un sudario blanco sin adornos, reflejando la igualdad de todas las personas ante Dios.
En los países islámicos y en comunidades musulmanas alrededor del mundo, se procura que el entierro tenga lugar en las siguientes 24 o 48 horas.
Oración fúnebre y sepultura
Antes del entierro, se realiza una oración llamada Salat al-Janazah, dirigida por un imán y recitada en grupo.
El cuerpo es enterrado sin ataúd, orientado hacia La Meca. Solo los hombres suelen asistir a la sepultura, donde se realiza una última oración antes de cubrir la tumba con tierra.
El funeral en la religión evangélica
Los cristianos evangélicos creen en la vida después de la muerte, lo que influye en la forma en que llevan a cabo sus ceremonias funerarias.
Estructura del funeral
La ceremonia consta de tres momentos clave:
- La vigilia: Se trata del velatorio, donde familiares y amigos recuerdan al fallecido con oraciones, cánticos y palabras de despedida.
- La liturgia funeraria: Celebrada en la iglesia, la ceremonia se centra en la fe y la esperanza en la resurrección, con la lectura de pasajes bíblicos.
- El compromiso: Es el acto del entierro, donde se da el último adiós al fallecido en el cementerio.
Los funerales evangélicos suelen ser personalizados, incluyendo himnos y lecturas significativas para el fallecido. Aunque se utilizan símbolos cristianos como la cruz, no se emplean imágenes de santos o vírgenes.
Conclusión
Cada religión tiene su propio enfoque sobre la muerte y el duelo, reflejando sus creencias sobre la vida, el más allá y la conexión con lo divino.
Más allá de los ritos y ceremonias, todas estas tradiciones comparten un mismo propósito: rendir homenaje a los seres queridos, proporcionar consuelo a quienes quedan y preservar la memoria de quienes han partido.